Cuando nació Bebé (que a partir de ahora le llamaré B por acortar) no paraba de llorar, y apenas dormía.
Ya te conté en un post anterior los problemas que tuve con la lactancia, por lo que pensaba, que lloraba de hambre.
Cuando empezamos a alimentarle bien, ya no lloraba tanto, pero apenas dormía, y cuando lo hacía siempre tenía que ser encima nuestra, cada vez que le metíamos en la cuna o en la cama parecía que tenía pinchos y no había manera de que durmiera si no era encima de su padre o mía. Y el llanto era muy característico porque parecía que se quejaba, que le dolía algo, y no conseguíamos calmarle si no era en brazos.
Me empezaron a decir, que quizá tuviera cólicos, y que por eso no dormía, porque el dolor de la barriguita se calmaba contra nosotros, y que los fisioterapeutas en un par de sesiones lo quitaban. Obviamente, cuando no duermes, pruebas cualquier cosa, y aunque la sesión eran 50€ teníamos que intentarlo.
Cuál fue nuestra sorpresa, cuando el fisioterapeuta descubrió que no lloraba por cólicos sino por una contractura muscular. Cómo mi parto fue tan largo, de tanto subir y bajar hasta que salió finalmente por el canal se le contracturó la espalda.
Luego, cuando nos pusimos a pensar, al nacer sujetaba perfectamente la cabeza, y simplemente pensamos: Fíjate que espabilado, que ya nace sujetando la cabeza. Pues no, no está bien. Un bebé no debe sujetarla y si el tuyo lo hace no está bien, hay que consultar porque es así y que solución hay.
Después de aquello, B, no volvió a llorar, dormía pefectamente en la cuna, no se quejaba en el cambiador, y la vida fue más relajada, tampoco es que el niño duerma 12 horas, peor al menos ese llanto de dolor lo superó